lunes, 1 de diciembre de 2014

La ciencia

Yo creo que la ciencia ha hecho bien a la humanidad en muchos aspectos como por ejemplo en la creación de curas para enfermedades, facilitar nuestro día a día en general en todos los aspectos de la vivienda, en el transporte...
Pero como la gente se fija más en lo malo que en lo bueno resaltan los desastres por culpa de la ciencia. Un claro ejemplo sería los fallos en las centrales nucleares, las cuales provocaron enormes explosiones que destruyeron mucha zona habitada y dejaron radiación en dichos lugares.

Ahora en el dilema de que si ha hecho más cosas buenas o malas, yo opino que buenas porque solo tienes que empezar a pensar en todas las cosas en las que la ciencia nos ayuda cada día. Yo creo que nadie en la sociedad actual piensa en tener que ir a lavar la ropa al río como tenía que hacer mi abuela o ir caminando o en carros a otras ciudades porque no había coches. Tampoco nos imaginaríamos una sociedad sin televisión, ordenadores, lavavajillas y qué decir del bendito móvil.

Lo malo es que no se ha desarrollado en todos los sitios por igual, entonces no es justo que mientras hay unos países más desarrollados donde tenemos todas las comodidades en otras zonas del mundo estén aterrorizados porque tener una simple gripe pueda ocasionarles la muerte.

De momento una cosa que la ciencia no ha solucionado y en mi opinión no se podrá solucionar es que todas las personas del mundo nacen para después morir y la muerte no la podrán evitar inventando ninguna maquinita o vacuna.

sábado, 15 de noviembre de 2014

LA  CRISIS DEL EBOLA

¿Qué es el ébola? Hasta hace unos meses habíamos oído hablar de este virus como algo muy lejano que estaba matando a personas en algunos países de África.
Hasta que, de repente, uno de los misioneros españoles que llevaban años en Sierra Leona ayudando a los enfermos por ébola fue infectado y decidieron repatriarlo. Ahí empezó el problema para el resto. El miedo al contagio se corrió como la pólvora y si a eso añadimos los fallos en los distintos protocolos (menuda  palabrita, se ha usado más en los dos últimos meses que en los últimos veinte años) ya tenemos el lío armado. Había que culpar a alguien porque nosotros no podemos tener ébola. Los pobres negros de África, el Tercer Mundo que lo tengan pero nosotros somos europeos estamos a otro nivel.
Alguien tenía que tener la culpa de esta situación, de esta crisis del ébola:
     Este gobierno, que no tenía previsto que pudiera darse un caso de ébola, aunque nunca habíamos tenido ninguno y no tenían bien hechos los dichosos protocolos.
     Los  misioneros, que digo yo que para que se tienen que ir a la otra punta del mundo a ayudar a la gente necesitada, si ya se encargan los países ricos de ayudarles y mandarles dinero para poder hacer frente a sus necesidades. Y encima se infectan y tienen  la osadía de querer volver a su país aunque sea a morir, exactamente igual que los que traen de un país en guerra o cuando se produce una catástrofe. Pues que se mueran allí y no nos alteren nuestra vida que ya bastantes problemas tenemos.
      La enfermera Teresa Romero , que no sabemos muy bien como, si se tocó la cara o no, pero que al final se infectó. Y desde ahí todos los que entraron en contacto con ella que fueron bastantes. Todo un revuelo de entradas de ambulancias en el Carlos III, de pacientes en cuarentena, y televisiones en la puerta del hospital informando al minuto de lo que sucedía allí y en casa de la enfermera donde se armó la locura al llevarse a Excalibur.  Pero ya se sabe el nivel de prioridades de este país. Gracias a Dios al final todo salió bien. Teresa se curó y parece que el virus está erradicado de nuestro país, podemos respirar, que vaya dos meses de estrés. Lo que hace el miedo.
      Ya podemos estar tranquilos y no preocuparnos y cuando pensemos en África y veamos solo el ébola como un problema nos acordemos del hambre que llevan siglos sufriendo. Ah, bueno pero el hambre no es contagioso.

miércoles, 15 de octubre de 2014

LA DISCIPLINA

      Si nos preguntamos sobre el significado de la palabra disciplina veríamos que es el conjunto de normas de comportamiento para mantener el orden. Es necesaria en todos los ámbitos de la vida, la familia, el colegio, el deporte...

     Una persona disciplinada es aquella que se compromete con lo que tiene que hacer, cumple las normas y sabe aceptar las críticas hacia su persona tomándolas como un intento de mejora y no como una mera crítica destructiva. Además de saber acatar con respeto las sanciones por haber incumplido las normas establecidas (multas de tráfico, castigos académicos, sanciones disciplinarias, etc)

    Podemos pensar que la disciplina nos coarta la libertad pero en realidad nos está formando como personas de cara al futuro haciéndonos madurar. Además, para proteger nuestra libertad de los que nos rodean, están la policía, los profesores, nuestros padres, etc que velan por el cumplimiento generalizado de la disciplina y que se acaten y cumplan sus normas.

      En el ámbito escolar vemos la disciplina en la normas en cuanto a la puntualidad, formas de vestir, plazos de entrega de trabajos o exámenes o la manera de hablar o comportarse con los profesores, que no será de un modo coloquial como el que tenemos con los amigos, etc... Todo ello, aunque nos cueste cumplirlo, es una continuación de nuestra formación no solo académica y que se complementa con lo recibido en casa. Aunque nos cueste entenderlo en muchas ocasiones, igual que aprendemos a sumar y restar, también tenemos que aprender como vestirnos de una manera adecuada, ya que no es lo mismo ir a educación física, a una boda o salir un día con los amigos. También tenemos que pensar como nos molesta a nosotros el que estés hablando con alguien y deje de prestarte atención por mirar que le acaba de entrar en el móvil, eso mismo les pasa a los profesores cuando están explicando en clase y estamos a otras cosas.
   
      No debemos confundir disciplina con castigo. El castigo es la consecuencia de no haber cumplido las normas. Son las normas establecidas por ejemplo, puedo hacer o no los deberes, mientras el profesor no me los pida no pasará nada; pero si me los pide y no los he hecho, tengo que ser consecuente de mis actos y no echar la culpa de estos a nadie. No sé quien dijo "Toda acción tiene una consecuencia" mi acción de no hacer los deberes tiene la consecuencia de una mala nota. 

     En un centro de estudio no te formas solo académicamene sino también como persona, de manera que cuando salgas del centro, de cara a tu futuro puedas ser autosuficiente. Por ello la disciplina es tan importante justo en esta etapa. Los profesores que tengamos nos van a marcar de por vida y con su manera de educar nos están moldeando ya que entramos como niños y saldremos de aquí como adultos. Aunque ahora nos rebelemos contra esas normas en el fondo sabemos que son necesarias al igual que los límites que tanto padres como profesores nos ponen día a día para ayudarnos a crecer.

    Un profesor que enseñe con disciplina en mi opinión es necesario, ya que como no tome las riendas de la clase lo más probable es que nadie le haga caso y eso lleve al desastre total de esa asignatura, acabando así con la paciencia del profesor y con el posible futuro de los alumnos. El respeto debe ser mutuo, en las dos direcciones, del profesor al alumno y del alumno al profesor, de los padres a los hijos y de los hijos a los padres.